Yo no voy a salvarte es el libro más reciente de Iliana Vargas, una de las escritoras mexicanas más originales y propositivas de su generación. Nótese que he escrito «libro» y no «libro de cuentos», ya que la obra de Iliana rompe con las estructuras tradicionales del cuento para llevarnos a una incursión por los dominios de la poesía y del mundo onírico, un viaje pleno de transformaciones y simbolismos que consiguen desconcertar y maravillar al lector en partes iguales.
Compuesto por 3 secciones (Los cuerpos en tierra, Los cuerpos transfigurados, y Los cuerpos del éter) Yo no voy a salvarte nos ofrece 10 narraciones en las que el cuerpo, carne terrena capaz de transmutar y sublimarse, es protagonista principal.
Hay que decir que no se trata de una lectura para distraerse y pasar el rato. No es un libro para leer de un tirón, a pesar de su brevedad. Cada texto exige atención y complicidad, y si bien podemos señalar algunos elementos propios de la ciencia ficción o de la literatura de terror, la obra de Iliana Vargas trasciende los géneros y exige su propio lugar dentro de la literatura fantástica mexicana.
Por supuesto, es posible rastrear influencias en Yo no voy a salvarte. De Jorge Luis Borges a Jeff VanderMeer, pasando por Amparo Dávila, Alberto Chimal, o la mismísima Madame Blavatsky, pero el universo que Iliana Vargas propone desde su primer libro (Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma, Tierra Adentro 2012) es tan personal y experimental que se dificulta clasificarlo y alinearlo con la obra de sus antecesores y contemporáneos. Me viene a la mente el nombre de Edgar Omar Avilés, otro autor mexicano sui géneris, y cuya obra es tan inclasificable como desbordante de imaginación. Con ellos, en particular con Iliana, la literatura mexicana consigue extender sus límites y escapar de la rigidez y autocomplacencia de quienes prefieren el «homenaje», el chiste fácil, y el remix.
El universo, o mejor dicho: los universos que se adivinan en los relatos de Iliana Vargas, sugieren apocalipsis globales y personales, mundos en los que las tormentas solares y los meteoritos incandescentes son parte de la primavera, mundos en los que la humanidad ha conseguido llegar a otros planetas, mundos en los que es posible recibir visitas inesperadas (¿interdimensionales, angelicales, demoniacas?), y en los que sus habitantes son atormentados por la depresión, por la soledad, por los sueños.
Yo no voy a salvarte fue publicado en 2021 por la editorial española Eolas, y me gusta pensar que con este libro Iliana obtendrá la visibilidad y reconocimiento que se merece desde hace tiempo. Destaco cuatro textos: Metamphynus baalis, Semilla, Trances de fuego, y Carne de piedra, a mi gusto los mejor logrados y, en especial los últimos dos, en los que se aprecia el dominio lingüístico y la ambición de un proyecto que tiene más de hermético (en el sentido religioso-filosófico de los ocultistas) que de excéntrico.
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