Un problema de los premios literarios en México es que no siempre se publica el libro ganador. Al menos eso pasa con la mayoría de los premios que convoca el INBA o las secretarías de cultura estatales. El escritor o escritora recibe su cheque, pero el libro no llega a los lectores. Afortunadamente esto no sucedió con «Los mártires errantes«, libro de Nestor Pinacho, y ganador de la edición 2020 del premio San Luis Potosí Amparo Dávila, quizá el premio más importante al que pueda aspirar un cuentista en México.
Los mártires errantes es un conjunto de 12 cuentos con un mismo hilo conductor: un circo ambulante que recorre un territorio que por momentos parece ubicarse entre Comala y Macondo. Sin embargo el circo es sólo el pretexto para adentrarse en las vidas de los habitantes y vecinos de Jericó y sus alrededores, lo que hace de Los mártires errantes un libro coral, en el que cada relato es también fragmento de una historia más grande: la de una región devastada por la violencia del narco y la miseria.
Escritos en primera persona, los cuentos de Los mártires errantes dan voz a las víctimas, a los desaparecidos, e incluso a los muertos. En lugar de documentar las costumbres y excesos del narco, o de inventarse algún detective (tan improbable como pintoresco), Nestor Pinacho prefiere indagar en las historias de la gente, en sus temores y esperanzas, en la fatalidad que parece marcarlos. Así, encontramos hombres capaces de hacer llover, espejos que se van poblando de fantasmas, pueblos sumergidos, periodistas asesinados, y críticos literarios sumidos en el fracaso. No es un libro de género «fantástico», pero echa mano del realismo mágico, de la literatura de terror sobrenatural, y de ciertos recursos del periodismo, como la crónica.
Mis cuentos favoritos fueron: «La caída de Jericó», «Todas las manos limpias» y «La lancha». Reconozco que me cuesta lidiar con el recurso de un muerto narrando, pero al menos en «Todas las manos limpias» esto se resuelve de manera afortunada. La escritura, limpia y directa, encuentra momentos de lirismo que hacen de la lectura un disfrute.
Lo malo: La edición digital en EPUB. Cada tres páginas los párrafos se interrumpen y continúan en la siguiente página. No hay interlinks en el índice… Por lo menos esto sucede en Kindle y con las diferentes aplicaciones para lectura que probé (Calibre y Ereader). A saber si la experiencia sea igual con otros dispositivos o softwares. Como lector entiendo y apoyo el esfuerzo que hacen las editoriales independientes, pero, amigos, hay que cuidar más las ediciones electrónicas y, sobre todo, la experiencia del lector.
